El asadazo gestado en Twitter para los chicos de un merendero de Oberá, como respuesta a un grupo de activistas veganos que había servido una merienda, sigue retroalimentando esa red social.
La discusión de los usuarios se corrió de la grieta entre veganos y carnívoros para posarse directamente sobre la condena de prisión en suspenso por el abuso sexual de cuatro niñas menores que recayó hace seis años sobre Juan Carlos Batista -pareja de la administradora del merendero, Élida Ferreyra- cuando la misma estaba al frente del hogar municipal Mitaí y se trasladó a vivir a esa institución junto a su familia.
La mujer, que en pocas horas pasó de ser felicitada a duramente cuestionada, no emitió declaraciones periodísticas pero decidió responder en Twitter los cientos de comentarios en contra que recibió.
“Yo no tengo nada que ver, ni siquiera me citaron, ni a mí ni a los policías que estaban de guardia. Él (por su pareja) nunca está cerca de los chicos”, se excusó. Y continuó diciendo “el merendero es mío y de una vecina que me ayuda y no soy cómplice de nadie. Si la justicia no hizo nada yo no tengo la culpa”.
Hola yo no tengo nada que ber nicikiera me sitaron ni amo ni alos policía que están de guardia el nuca está SERCA de chicos el merendero es mío y de una vecina que me ayuda y no soy cómplice de nadie si la justicia a no hizo nada yo no tengo la culpaba
— Elida Ferreyra 12 (@Elida89883619) August 26, 2020
Esa fue su respuesta a un comentario de DAN @GordoMonstruo, organizador de la movida twittera que había publicado un rato antes la captura de pantalla de una serie de mensajes privados que le envió la mujer pidiendo “que investiguen antes de hablar” y que “no dejen a los chicos sin merendar”.
“Su marido fue condenado luego de haberse declarado culpable de abusar de cuatro nenas menores de edad, una de las cuales con discapacidad. A mí no me corresponde investigar nada”, replicó DAN haciendo que sea tendencia en Argentina el hashtag #ConLosPibesNo, a través del cual requirió la asistencia de la Defensoría del Niño de Misiones.
El martes cuando El Territorio reiteró una publicación del año pasado en la que daba cuenta que el merendero funcionaba en la casa del condenado por abuso de menores, que incluso el domingo ayudó a servir el asado, la mujer se defendió (ver aquí) en su Facebook: “Todos los que se llenan la boca hablando, si tienen algo contra mí está bien, pero no con los chicos como dicen que es un abusador. Y cómo no está preso”.
EL TERRITORIO