El 20 de agosto juzgarán a un docente de Campo Ramón acusado de abuso

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La denuncia fue radicada el 31 de agosto del 2015, cuando la víctima asistía a quinto grado en una escuela rural de Campo Ramón. El expediente  103048/2015 fue caratulado como abuso sexual calificado, aunque el imputado aguarda el juicio en libertad.

En tanto, el Tribunal Penal Uno de Oberá fijó para el próximo 20 de agosto la fecha para el debate oral. Por tratarse de un delito de instancia privada, la audiencia será a puertas cerradas, aunque será pública la etapa de alegatos y sentencia. Fuentes del caso consultadas por El Territorio anticiparon que el acusado, identificado como Gustavo Agustín A. (53), rechazó la posibilidad de un juicio abreviado porque para ello debería reconocer la culpabilidad y perdería todos los años de aporte como docente. Luego de la denuncia de los padres de la niña, quien al momento del hecho tenía 11 años, una sobrina del acusado aseguró que padeció el mismo calvario  y ratificó el modus operandi.  Actualmente, el docente está afectado a otra escuela de la zona rural de Campo Ramón.Con relación a la denuncia, la menor aseguró que el sujeto la manoseaba y luego le regalaba golosinas para que no cuente lo sucedido. Los abusos se habrían registrado en diferentes aulas y en los sanitarios de una escuela de la zona rural del municipio.Para la imputación fue clave la declaración de la niña en Cámara Gesell y el posterior informe de la pericia. “Se infiere que el relato sobre los hechos denunciados sería congruente con la realidad percibida, no se trataría de una construcción fantaseada, inoculada o tendiente a perjudicar a terceros con otros fines”, concluyó el perito del Cuerpo Médico Forense que entrevistó a la nena. 

Regalaba golosinas 

Desde un primer momento el docente negó las acusaciones y habría contado con el apoyo de las autoridades educativas, tal como mencionó el padre de la víctima, quien aseguró que la directora de la escuela le rogó que no hiciera la denuncia.Además de maestro de grado, el sujeto estaba a cargo del kiosco escolar.En su declaración en Cámara Gesell, la menor brindó detalles del presunto abuso, lo que sentó las bases para la acusación.“Me llevó a un grado donde hay un kiosco y ahí me empezó a manosear. Me tocaba los pechos y las partes íntimas”, declaró. Asimismo, contó que la última vez que la sometió la llevó a un aula cerca del jardín. “Me preguntó si sabía hacer el amor, yo le dije que no, y ahí él me dijo que me iba a enseñar”, detalló. Luego, el docente le dijo que lo siga hasta los baños, pero la nena se negó. Ese mismo día también la besó en la boca, agregó. La niña aseguró que “a un montón de guainas el maestro les sentaba en el regazo”, al tiempo que agregó: “A veces yo llevaba un pantalón con cinto y él desabrochaba el pantalón para poder meter la mano adentro. También metía la mano adentro de la remera”.Luego de los abusos, le regalaba golosinas del kiosco para que no cuente lo sucedido.“El maestro siempre me regalaba algo: un alfajor, una cajita de menta, un turrón para que yo no le cuente a nadie”, señaló. Asimismo, relató que “siempre que me tocaba, me decía ‘sos muy linda’. Yo no me defendía porque tenía miedo de que me pegue. Después le conté a la directora y ella también me dijo que no cuente nada”. 

“Tenía miedo”

La madre de la menor recordó que el 31 de agosto de 2015, alrededor de las 13.30, la directora Blanca B. y el maestro de su hija llegaron a su casa para informarle sobre la acusación de la nena. Dijo que docente insistió en su inocencia, mientras que la directora pidió que no lo denuncie y que al otro día vaya a la escuela para arreglar la situación sin involucrar a la Policía. “Hablé con mi hija y me contó que el maestro la manoseaba, que le bajaba los pantalones en la dirección y en las aulas y le toqueteaba en sus partes íntimas. Dijo que fueron varias veces. Yo notaba que mi hija andaba rara, y después me confesó que no contó antes porque tenía miedo de que el maestro se enoje”, declaró la progenitora.  Recordó que el mismo sujeto ya había sido el maestro de su hija el año anterior, en cuarto grado. También se mostró molesta porque la directora insistía en la inocencia del docente. “Decía que era muy bueno, que hable con mi hija porque estaba equivocada. Dijo que el maestro tenía la costumbre de abrazar a las nenas por cariño, no más”, mencionó.En tanto, agregó que el docente dijo que se queden tranquilos, que no hagan nada y que no lo denuncien porque podría perder su trabajo.

Frente a frente

La directora señaló que la nena le contó que el maestro “le judeaba, que le manoseaba y le tocaba sus partes íntimas”, por lo cual convocó al acusado para que haga su descargo. Otra docente participó del encuentro donde la menor ratificó todo ante el sospechoso. Ya en sede judicial, dicha testigo comentó que el docente solía trasladar en su vehículo a las alumnas que vivían lejos de la escuela. “Cuando la nena todavía estaba en la dirección la directora me dijo: ‘¿Podés creer que esa nena vino a decirme que A. le manoseó? ¿Qué hacemos, qué hacemos?’, estaba desesperada. Cuando se retiró la nena, lo llamamos y le comentamos lo que pasó. Se sentó en el sillón, se agarró la cabeza con las manos y negó la acusación”, indicó la testigo.Luego llamaron a la niña, quien ratificó la acusación: “Maestro, usted me tocó, usted me quería besar y hace rato que usted me hace esto”. El sujeto negó todo, pero la criatura replicó: “Sí, maestro, yo volví del baño y usted me decía que me iba a enseñar a besar”. 

“Lastimó a muchas nenas”

En el requerimiento de elevación a juicio también sobresale la declaración de una sobrina del imputado -ya mayor de edad-, quien aseguró que ella y una hermana fueron víctimas del mismo sujeto y ratificó su modus operandi. “Me enteré de lo que pasó y hablé con los padres de la nena porque me sentí identificada. Cuando me contaron los hechos no tuve dudas porque lo mismo hizo conmigo y mi hermana. Por eso decidí declarar”, explicó la mujer. Comentó que el relato de los hechos le trajo a la memoria sus pesares y tuvo la certeza de que la niña decía la verdad. “A mí también me decía ‘yo te voy a enseñar o te voy a mostrar cómo se hace’, igual que le decía a la nena. Cuando escuché que le decía eso no tuve dudas”, destacó. En su caso, los abusos habrían comenzado cuando tenía 6 años y vivía en la chacra. “Empezó como un juego, siempre con manoseos y me tapaba la boca para que no grite. Me decía que no cuente nada porque me iban a pegar por mentir”, relató. También aseguró que la madre del sujeto siempre lo apañó, en perjuicio de sus nietas. El daño dejó secuelas en su mente y tuvo que recurrir a un psicólogo para sanar las heridas del pasado. En tanto, rogó que “ahora pague el daño que hizo, porque fue impune muchos años y lastimó a muchas nenas”.

Fuente: EL TERRITORIO